Es un examen no invasivo que ayuda a los médicos a diagnosticar y tratar las condiciones médicas. La toma de imágenes con rayos X supone la exposición de una parte del cuerpo a una pequeña dosis de radiación ionizante para producir imágenes del interior del cuerpo. Los rayos X son la forma más antigua y de uso más frecuente para producir imágenes médicas.
Una radiografía ósea toma imágenes de cualquier hueso en el cuerpo, incluyendo la mano, muñeca, brazo, codo, hombro, columna, pelvis, cadera, muslo, rodilla, pierna (espinilla), tobillo o pie.
Una radiografía se utiliza para:
Diagnosticar huesos fracturados o dislocación de una articulación.
Demostrar la alineación y estabilización correcta de fragmentos óseos posterior al tratamiento de una fractura.
Guiar la cirugía ortopédica, como por ejemplo la reparación/fusión de la columna, reemplazo de articulaciones y reducción de fracturas.
Buscar lesiones, infecciones, signos de artritis, crecimientos óseos anormales o cambios óseos observados en las afecciones metabólicas.
Asistir en la detección y el diagnóstico de cáncer de hueso.
Localizar objetos extraños en los tejidos blandos que rodean los huesos o en los huesos.